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TogglePiensa en el ERC-20 como una especie de receta de cocina mágica. Cada uno de los chefs, en este caso desarrolladores, que quieren crear un nuevo token en la red de Ethereum deben usar esta receta. Esto lo propusieron Fabian Vogelsteller y Vitalik Buterin en 2015.
ERC-20 significa Ethereum Request Comment 20, y es, según Coinbase, un grupo de reglas técnicas que da garantía de que todos los tokens que se generan bajo este sistema se comporten de la misma forma. Como resultado se tienen tokens fungibles, que quiere decir que se pueden intercambiar y dividir, como un billete de €100 que se puede dividir en 100 monedas de €1.
La maravilla del ERC-20 es la interoperabilidad, pues, gracias a esta plantilla, un token de USTD, por ejemplo, sabe con exactitud cómo debe funcionar en cualquier plataforma o billetera que soporte la red de Ethereum.
Imagina que todas las billeteras, aplicaciones y plataformas manejaran la misma jerga digital. Antes de este estándar, la creación de tokens era una travesía complicada en la que cada quien tenía sus reglas y se propiciaban grandes dolores de cabeza.
Actualmente, la mayoría de los tokens que ves son ERC-20; desde el Uniswap (UNI) hasta Chainlink (LINK). Este fue el estándar que dio orden al ecosistema y facilitó el desarrollo de nuevas Finanzas Descentralizadas (DeFi) y de aplicaciones de forma más funcional y expedita.
Antes del ERC-20, cada proyecto nuevo en Ethereum era como un chef intentando inventar su propia receta de pan, cada uno utilizando su tipo de harina, su propia marca de levadura y un horno con sus mañas… un completo caos.
Cuando llegó el ERC-20, fue como si el orden apareciera y alguien dijera: “¡Aquí tienen la receta base del pan! Pueden ahora hacer un pan que funcione en las panaderías de todos”.
Esta uniformidad logró reducir el riesgo de errores y generó una gran confianza en el usuario.
Fue la chispa que dio vida a la transformación de Ethereum. Teniendo una plantilla tan simple, los desarrolladores se pudieron focalizar en la parte agradable, que es la creación de ideas geniales, más que en la preocupación por el aspecto más técnico. De esta forma hemos visto crecer proyectos que van desde tokens para DeFi hasta juegos.
El ERC-20 generó un efecto de red asombroso, en el que, mientras más se utilizaba, más valor tenía para todos. Era como si de repente todos usaran el mismo enchufe y todos los electrodomésticos funcionaran en todas las casas. ¡Asombroso!
ECR-20 es una especie de club muy exclusivo. Para que algún token entre, debe saber de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante 6 reglas, según el estándar de token ERC-20:
El ERC-20 tiene muchas ventajas. Genera un ecosistema robusto y una comunidad activa de usuarios y de desarrolladores. Es algo así como contar con un acceso a un club VIP en el que todos se conocen, todo funciona de maravilla y se habla el mismo idioma.
Claramente, la interoperabilidad es un superpoder, porque es posible movilizar tus tokens de un lado a otro sin necesidad de que se dispersen con alguna traducción innecesaria.
Sin embargo, también hay un lado desagradable, y es que el ERC-20 es un arma con doble filo, porque así como permite generar tokens increíbles, también es la herramienta predilecta para los “tokens basura”, que son los defectuosos o sin valor.
No es suficiente con que tenga el logo de ERC-20, es imperativo que estés muy atento para no sucumbir ante proyectos que se esfuman de la noche a la mañana. Y hay un riesgo muy clásico: un simple error de tipeo al enviar tus tokens puede fulminarlos en su totalidad. Así que, aunque ERC-20 sea tu mejor amigo en esta vida, ¡Investígalo bien antes de darle tu dinero!
El ERC-20 puede parecer un laberinto, pero con la guía correcta, es fácil de recorrer. Bitnovo es esa guía. En lugar de abrumarte con tecnicismos, te equipamos con una plataforma sencilla y la información que necesitas para tomar por completo el control. No solo te ayudamos a comprar, sino que te empoderamos para que entiendas el porqué de tus decisiones.
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