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ToggleLas personas piensan en criptomonedas y al siguiente segundo ya están imaginando coches volando con tecnología punta. ¿Y si te dijera que el futuro cripto empezó en un laboratorio de telecomunicaciones en los años 90? Efectivamente. Ni siquiera dominábamos el Internet cuando dos científicos locos, bueno… no tan locos, ya estaban resolviendo un problema que ni siquiera sabíamos que tendríamos. Básicamente, encontraron la forma de confiar en lo digital.
Ve preparando un mail de agradecimiento porque Stuart Haber y W. Scott Stornetta crearon la tecnología que hoy mueve millones de dólares. Gracias a ello ahora tienes control total sobre tu cripto y tenemos la base de todo lo que va desde las finanzas hasta el arte digital.
Su invento no cambió el mundo, solo que nos dio las herramientas para ser realmente libres en la era digital, casi nada. Y lo más increíble es que lo hicieron décadas antes de que nadie más entendiera su importancia. Eso sí que es adelantarse a los acontecimientos.

Como te decía en el espóiler anterior, Stuart Haber y Scott Stornetta son dos científicos computacionales que se conocieron en Bell Communications Research (actualmente Nokia Bell Labs) en 1989. Por cierto, siguen vivos, que cuando vemos años antes de los 2000 pensamos automáticamente en el Cretácico. Se conocieron cuando ambos eran jóvenes investigadores obsesionados con un problema que parecía muy sencillito: ¿cómo demostrar que un documento digital es auténtico y no se ha modificado?
Tenían las herramientas necesarias. Stuart contaba con un doctorado de Columbia University en criptografía computacional segura y Scott era especialista en matemáticas e investigación científica. ¿Qué más quieres? ¿Astronautas? Eran el dúo perfecto. Veían el iPhone 17 Pro Max mientras el resto del mundo todavía usaba fax y casetes.
Aquí lo irónico es que su solución era tan adelantada a su tiempo que el mundo tardó casi 20 años en entender lo útil que era. Crearon algo revolucionario para un problema que la mayoría ni sabía que existía.

La historia tiene su gracia. Mientras trabajaban en Bellcore, los dos científicos se pasaban los días pensando en algo que parecía una película de ciencia ficción. Estos dos querían desarrollar una especie de «notario digital» imposible de corromper.
Tú imagínate la escena: dos tíos en un laboratorio de los 90, con computadoras que hoy nos parecerían las casas donde vivían los dinosaurios, diseñando el sistema que décadas después permitiría que compres Bitcoin desde tu móvil. Ríete ahora. El mundo aún no tenía ni email masivo, pero ellos ya estaban solucionando problemas del futuro.
A ver cómo digo esto… el problema que querían resolver era increíblemente simple, pero complejo de solucionar. Me explico; en un mundo digital, cualquier archivo se puede copiar, modificar o falsificar sin dejar rastro, y, sino que se lo pregunten a tus padres con tus notas de bachillerato. ¿La pregunta clave era cómo crear confianza cuando todo es tan fácil de manipular?

La solución estaba clarísima: crear una cadena de «sellos de tiempo» digitales que funcionara como un wallet. Cada eslabón de la cadena estaba pegado al anterior con un sello único que cambia si tocas cualquier cosa. Si alguien intenta borrar o cambiar algo de un eslabón anterior, el sello se rompe y todo el mundo se entera de su superplan fallido.
Así funciona: siempre que agregas información nueva, el sistema crea una «huella digital» única de esa información y la conecta con la huella de la información anterior. Es como encadenar candados donde cada uno tiene que estar enlazado con el anterior para ser válido.
La idea era revolucionaria, aunque en esa época no lo entendíamos: en lugar de confiar en una autoridad central, el sistema se protegería a sí mismo. Si alguien intentaba cambiar un registro antiguo, toda la cadena posterior se volvería inválida, como si intentaras cambiar una pieza de un dominó que ya está en la mesa. ¿Has jugado al dominó? Un poco de cultura general. Si no, búscalo en Internet.

Estos amables sujetos no pensaron la idea y ya. Siguieron dándonos contenido. Su trabajo pionero se transformó en varios hitos históricos. Estos se convirtieron en la base de todo el ecosistema cripto actual:
Todos estos logros no son simples docs en una biblioteca. Eran las instrucciones para construir el futuro descentralizado que hoy disfrutas.
Te voy a resumir la respuesta a esta pregunta en una sola frase. Sin Haber y Stornetta, hoy no hablarías de cripto ni de descentralización. Su proyecto de 1991 sigue siendo la columna vertebral de Bitcoin, Ethereum y prácticamente todas las blockchains que existen. Por supuesto que sin Satoshi Nakamoto tampoco estaríamos hablando de ello, pero las cosas como son, Stuart Haber y W Scott Stornetta construyeron la base de todo.

Solo tenemos que observar qué hizo Satoshi. Cuando escribió el whitepaper de Bitcoin en 2008, citó el trabajo de Haber y Stornetta tres veces de las ocho referencias totales. Eso no lo hizo porque sí. Bitcoin es básicamente la evolución natural de su sistema de sellos de tiempo, aplicado al dinero digital.
A día de hoy, siempre que compras cripto, haces una transacción DeFi o incluso cuando ves un NFT, estás usando la tecnología que estos dos genios crearon hace más de 30 años. Gracias a su sistema de cadenas hash y sellos de tiempo distribuidos puedes tener control total sobre tus activos digitales sin bancos o intermediarios.
La conexión es directa y poética: Nakamoto cogió el sistema de sellos de tiempo de Haber y Stornetta y le agregó incentivos económicos, consenso distribuido y lo aplicó específicamente al dinero. Básicamente, le añadió sazón a la base de la sopa.

Es como si estos dos científicos hubieran inventado el motor de coches en los 90, y décadas después alguien más dijera: «¿Y si le planto cuatro ruedas y lo convierto en un descapotable?». El resultado fue Bitcoin, pero el motor seguía siendo su creación.
Aquí lo que no deja de sorprenderme es el salto temporal: de un viejo laboratorio de telecomunicaciones a revolucionar las finanzas globales. Del sótano al mainstream mundial en dos décadas.
Si te crees que podemos reducir el trabajo de estos dos cerebritos a la palabra “Bitcoin” te equivocas totalmente. Puedes ver la tecnología de Haber y Stornetta literalmente en todas partes del ecosistema cripto actual:

Su huella va un poco más allá de un momento histórico. Ha sido tan importante que es presente y futuro. Cada vez que interactúas con el ecosistema cripto, estás usando su tecnología.
De la historia de Haber y Stornetta podemos aprender muchas cosas. Primero que la innovación real viene de la curiosidad y la obsesión por resolver problemas que otros ni ven venir. Estos dos tenían todo para estancarse en su época, pero vieron un problema futuro y se pusieron a resolverlo décadas antes de que fuera inminente.
En mi humilde opinión son un par de rebeldes. Imagínate tener que resolver ahora problemas de coches voladores inteligentes del futuro. Seguramente pensarías: esto es imposible, que lo resuelva alguien del futuro. Ellos estaban en la misma posición, y perseveraron hasta conseguirlo.
No aceptaron que «así son las cosas» y crearon una alternativa que democratizó el acceso a sistemas antes controlados por elites e instituciones, totalmente fuera de su alcance.

¿Qué puedes sacar de esto? Sé curioso, sé rebelde, pero sobre todo, sé útil, vamos lo mismo que te dice tu madre. Busca problemas reales y obsesiónate con resolverlos antes que nadie. El próximo disruptor podrías ser tú, si trabajas en algo que el mundo aún no sabe que necesita. Olvídate del “ya está todo inventado” y ve más allá.
¿Ya estás ready para entrar a la revolución digital? Descubre más y toma el control desde ya. Luego vuelves y nos cuentas qué tal ha ido, y si nos das créditos por los ánimos, aún mejor. ¡Suerte!